Doña Rosita, vecina de mi edificio, es una señora mayor que se pasea mañana y tarde cantando canciones de iglesia y profesando la cristiandad en cada momento que puede.
En un viaje de ascensor que compartimos, ya entrada la noche, y hablando sobre lo tarde que era y lo peligrosa que estaba la calle para ella, entre frase y frase afirmó: "Hay que matarlos a todos a esos... Pena de muerte. Sabés que tranquilos estaríamos?".
Amén...
domingo, 6 de septiembre de 2009
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